Hoy no tengo demasiado que contar. He estado releyendo libros que me han echo sentir viva de nuevo. Mañana empiezo el instituto de nuevo y no quiero. Es una mierda. No tengo ganas de volver otra vez a la misma rutina de siempre. Porque lo peor no son los deberes ni los exámenes, ni siquiera levantarse temprano, lo peor es repetir la misma rutina día tras día sin la intención de cambiarla ni un poco.
Creo que soy como Tris, valiente, audaz y lista, pero nadie me comprende. No puedo confiar en nadie, y eso me hace pensar, ¿dónde estas cuando te necesito?.
No poder confiar en nadie es agotador y a veces me puede. En el instituto mis ganas de llorar y de derrumbarme cada vez son mayores, pero soy demasiado fuerte. No lloro en publico, lloro en el baño cuando llego a casa molida a insultos de unos gilipollas que se creen que me conocen pero no saben de la misa la mitad.
Eso me hace dudar de si debo seguir escribiendo te Charlie. Tal vez deba tener una vida normal dejar un poco los libros y ser como las otras chicas, preocuparme un poco en lo que piensen de mi. Pero cada vez que lo intento siento que no es mi deber que yo no nací para eso.
Andrea.
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